Estambul para amantes de la historia

La masajista fue notable, atenta y perfectamente consciente de las zonas que necesitaban más atención. Sin embargo, no me atendió a la hora que había reservado.

El mejor lugar para darse un capricho único, digno de un rey, un príncipe o un sultán. Desde que nos recibieron en la puerta hasta nuestro sincero agradecimiento a nuestros encargados y a todo el personal al salir, fue un recuerdo para siempre. Bromeábamos diciendo que nos habría encantado capturar la grandiosidad absoluta del interior, pero nuestros teléfonos con cámara no habrían sobrevivido a la cantidad de agua que hay en este lugar. Una experiencia sensorial increíble.

Funcionó exactamente como se describía. La audioguía del teléfono móvil era estupenda. Todas las estaciones estaban narradas de forma emocionante.